Por: Ana

No sé de dónde habéis salido. Acabo de descubriros, después de leer y releer blogs de psicólog@s que te hacen sentir fatal si regañas a tus hijos en vez de achucharlos a todas horas, si a veces te sientes crispada y gritas y si llevas una mochila de culpabilidad porque tratas de poner en práctica todo lo que lees (a veces contradictorio) y no siempre sale como planeas. Por fin, encuentro un artículo que no solo no me hace sentir culpable y mala madre, si no que me ha hecho llorar. Llorar de liberación por no sentirme la única madre que, al igual que Sara, tengo momentos en los que me muero por hablar en exclusiva de mi faceta de mamá, quitarme los tacones y el botón del vaquero ajustado y otros en los que quiero recuperar mi yo anterior y sueño con encerrarme una hora en el baño para arreglarme sin sentirme culpable, salir sin mirar el móvil cada cinco minutos y no mirar el reloj, pensando en las horas que me quedan para dormir…
Mis hijos, los dos, ambos por igual son lo mejor que me ha podido pasar en mi vida, pero la presión social a la que veo que nos sometemos las madres a veces me ahoga. Oscar a la mejor Madre, Óscar a la mejor Esposa, Óscar a la mejor Ejecutiva, Óscar a la mujer más Trendy, por favorrrrr que pare la rueda…..
Gracias, por darme el respiro que necesitaba!! acabáis de hacerme ver que no soy tan rara ni estoy loca de remate. Uff!